
Gabriel Boric Font|May 13, 2025 20:51
Pepe querido, te imagino partiendo preocupado por la ensalada amarga que hay hoy en el mundo. Pero si algo nos dejaste fue la esperanza incombustible de que es posible hacer las cosas mejor -“pasito a pasito para no desbarrancarnos”como nos decías-, y la convicción innegociable de que mientras nos palpite el corazón y haya injusticia en el mundo vale la pena seguir luchando.
Te vas físicamente pero te quedas para siempre. Te prometo que el Olivo que plantamos en febrero en tu chacra florecerá.
Un abrazo gigante a Lucía que es otra gigante de América, a tu pueblo uruguayo que tanto quisiste, y al mundo entero que te tomó prestado.
Gracias por la vida y las enseñanzas. Contigo será imposible el olvido.
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